La distribución de los recursos alimentarios a nivel mundial no es equitativa, ya sea por causas climáticas —como sequías, inundaciones o pérdida de suelos fértiles— o por factores sociopolíticos, como conflictos armados, desigualdades económicas o falta de infraestructuras adecuadas. Esta situación genera importantes diferencias en el acceso a una alimentación suficiente, segura y nutritiva entre distintas regiones y poblaciones. Frente a este reto, la sostenibilidad y la innovación se presentan como herramientas clave para garantizar el abastecimiento de los recursos necesarios, adaptando las soluciones a las condiciones específicas de cada zona geográfica. La sostenibilidad se define como el objetivo de asegurar el bienestar de las generaciones presentes sin comprometer la habilidad de las futuras, buscando un equilibrio entre la sociedad, el desarrollo económico y la conservación del medio ambiente.
La sostenibilidad se divide en tres pilares fundamentales y conectados entre sí:
- Ambiental: gestión de los recursos en las actividades productivas
- Económica: uso de prácticas rentables
- Social: desarrollo vital, saludable y estable de la sociedad
El equilibrio entre sociedad, economía y medio ambiente refleja la esencia de los tres pilares interconectados que abarcan múltiples ODS. (Objetivos de Desarrollo Sostenible) Las ODS son 17 metas globales impulsadas por la ONU para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos. La crisis climática y los fenómenos extremos como lluvias torrenciales, incendios o pérdida de biodiversidad son algunos ejemplos que se vinculan con los ODS 13 y 15, que buscan reducir los efectos del cambio climático y proteger la biodiversidad.
En este contexto, la industria alimentaria juega un papel central en la transición hacia un modelo más sostenible, ya que su actividad está directamente vinculada al uso de recursos naturales y a los patrones de consumo de la población. Entre las prácticas clave se encuentran el uso eficiente de los recursos, la reducción del desperdicio alimentario, la incorporación de envases reciclables o compostables, uso de energías renovables en la cadena de producción y la creación de cadenas de suministro más justas apostando por cultivos locales y de proximidad, aprovechando la biodiversidad autóctona. Del mismo modo, resulta esencial fomentar dietas más equilibradas, funcionales y responsables con el entorno. Todas estas acciones permiten reducir la dependencia de grandes industrias y de la exportación, además de abaratar costes y reforzar la seguridad alimentaria creando un sistema alimentario más resilientes y justos, capaces de responder tanto a las necesidades actuales como a las de las futuras generaciones.
En esta línea, el equipo de I+D+i de Fruselva ha orientado sus proyectos hacia un futuro no solo más saludable, sino también más sostenible, tomando como referencia manuales de la ONU como The State of the World’s Biodiversity for Food and Agriculture y Facilitando sistemas alimentarios sostenibles. Entre sus iniciativas destacan el desarrollo de alimentos funcionales enriquecidos con fibra o proteínas vegetales procedentes de subproductos, así como revalorización de subproductos agrícolas y del proceso para darles nuevos usos en la industria (alineado con los ODS 1, 2, 3, 9, 10, 12 y 13).
Además, al aplicar prácticas sostenibles, es posible optimizar los procesos de producción y gestionar de manera más eficiente el uso de los recursos disponibles. Esto significa que, con una menor cantidad de materias primas, energía o agua, se puede obtener una mayor productividad, reduciendo al mismo tiempo los desperdicios y los costos asociados. Este enfoque no solo mejora la rentabilidad de las empresas, sino que también repercute directamente en el precio final de los productos. Al minimizar gastos y maximizar la eficiencia, los productos resultantes se vuelven más accesibles para el consumidor. De esta manera, se rompe la barrera económica que muchas veces impide el acceso a una nutrición adecuada.
En Fruselva estamos comprometidos con la sostenibilidad y con la generación de un impacto positivo tanto en la sociedad como en el medio ambiente. Como parte de este compromiso, desde el año 2024 formamos parte del movimiento B Corp, una red global de empresas que cumplen altos estándares sociales y ambientales, asegurando que nuestras decisiones beneficien a trabajadores, comunidades y al planeta. Obtener la certificación B Corp significa que nuestras prácticas empresariales son evaluadas de manera integral y que cumplimos con exigentes criterios. Además, renovamos cada año nuestra adhesión al Pacto Mundial de la ONU, la mayor iniciativa de sostenibilidad corporativa del mundo. Con ello, alineamos nuestras operaciones con principios universales en derechos humanos, medio ambiente, trabajo y transparencia, contribuyendo también a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
De esta manera, en Fruselva no solo producimos alimentos saludables, sino que también asumimos una responsabilidad activa en la transformación hacia un modelo empresarial más consciente, donde el crecimiento económico vaya de la mano del bienestar social y el respeto al entorno natural.
References
- Naciones Unidas. (s. f.). Objetivos de Desarrollo Sostenible. Web https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/
- Pacto Mundial de Naciones Unidas. (2025). Sostenibilidad: la única apuesta por el futuro. Pacto Mundial. Web https://www.pactomundial.org/noticia/sostenibilidad-la-unica-apuesta-por-el-futuro/
- FAO. (2019). The State of the World’s Biodiversity for Food and Agriculture. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Web https://openknowledge.fao.org/server/api/core/bitstreams/50b79369-9249-4486-ac07-9098d07df60a/content
- FAO. (2021). Facilitando sistemas alimentarios sostenibles. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Web https://openknowledge.fao.org/server/api/core/bitstreams/19932b05-e25e-40e0-bdfe-ddca4ef902c3/content